El lector tiene en sus manos no un ensayo histórico aunque lo suponga conocido, sino un estudio teórico-crítico de la concepción liberal de la realidad y del hombre que ha impregnado el mundo en los últimos tres siglos.
Como lo muestra el autor, el liberalismo no es sólo un sistema político, una economía o una filosofía de la historia, sino una concepción totalizadora de lo real caracterizada por la autosuficiencia del hombre y de su mundo.
El liberalismo es anticristiano como lo es el liberalismo llamado “católico”. La torre de Babel (Gn 11,1-9) simboliza el alejamiento de Dios y el compromiso y componenda con el mundo hostil a Dios. Al edificar la torre babilónica, Yahvé confundió las lenguas de los pueblos, lo que simboliza la disolución y el caos: Babel, contrapuesta a la torre de Dios donde cada uno tiene preparada su morada (Jn 14, 2).
Autosuficiencia del desorden global del mundo, genial y proféticamente simbolizada por Bruegel el Viejo en su cuadro La torre de Babel.