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Descripción Gladius, United States, 2006. Paperback. Condición: New. Language: Spanish. Brand new Book. En los tiempos en que la Iglesia daba sus primeros pasos en la historia, en los tiempos apostólicos y ya entonces, alertaba eldiscípulo amado a los fieles sobre el hecho de que los tiempos del anti-cristo ya habían comenzado.Así pues, la obra del anti-cristo, que para los creyentes representa un acontecimiento terminal y postrero, debe ser visto también, sin embargo, como operante desde los comienzos. El "misterio de iniquidad" ya está actuando, dice el Apóstol a losTesalonicenses; ya está actuando, pero su manifestación se dará al fin de los tiempos con caracteres inéditos. Repetidos, pues, pero a la vez "novedosos". Y, entonces, estas tempestades, estas "olas" que recorren la descripción del padre, y por las que el Enemigo ha sacudido a la barca en sus inicios, ¿no serán las mismas con las que la sacuda al final?, ¿las mismas, sólo que mucho más graves, porquehay características epocales diferentes, porque "mucha agua ha corrido bajo el puente", y porque los tiempos no avanzan en vano? Personalmente creo que es así, y que el valor fundamental que resulta de la lectura de esta obra del padre es laconvicción de que en estas tres "olas" se resumen los tipos de perturbación esenciales que puede sufrir la Iglesia, y que ellas son las que hoy soporta de un modo acrecido y "terminal"
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Sin StockSINÓPSIS Entonces el Señor dijo a Pedro de noche en una visión: No temas, sino habla y no calles” (Act. 18, 9). El Apóstol había sido rechazado por los judíos de Corinto y aunque se había “dado todo entero a la palabra” (v. 5) su cosecha parecía nula y entonces decidió dirigirse a los gentiles. Este mandato se dirige principalmente a los apóstoles que tienen el sacerdocio ministerial y, por eso, participan realmente de la autoridad de Cristo; pero también alcanza a todo cristiano que tiene el sacerdocio común de los fieles. Sus deberes y funciones tienen su fundamento sacramental en el Bautismo y en la Confirmación. De modo que la exhortación a no temer, a hablar y no callar, a todos obliga; el hablar, el no callar no se refiere solamente a la fiel transmisión del depósito revelado sino también (aunque en el fondo sea lo mismo) a la vida concreta, a la docencia, a la defensa de la fe y de la Iglesia, a los pequeños asuntos cotidianos que son un hablar explícito y doctrinal. Todos estamos llamados. Y el mandato de no callar a todos nos obliga, siempre que tengamos algo de qué hablar. De eso se trata. El autor ha tenido algo de que hablar en el seno de la vida de la Iglesia; por eso no calla. Del Inevitable no-callar ha nacido este libro. La obra reúne trabajos distribuidos en dos tiempos: un de reflexiónes formuladas y publicadas en los años 1973 y 1974; otro, al cabo de más de treinta años de distancia, constituido por trabajos publicados en la década del noventa hasta el año 2006. Quienes aman y defienden la Iglesia saben que les espera la “conspiración del silencio” que denunciaba San Pío X. Pero nada puede hacerles perder el humor cristiano. También el humor va implícito en la exhortación paulina: “No temas, sólo habla y no calles”. Al final, hablará Él.