El autor encara el clásico tema del alma en dos planos: el de la filosofía Qué ofrece su aportación (ratio) sobre el sentido metafísico del alma humana y el de la teología (fidei) que ofrece el contenido de la Revolución; como enseña Juan Pablo II, “sin la aportación de la filosofía no se podrían mostrar sentidos teológicos (Fides et ratio, nº101); de análogo modo, sin la teología no se podrían ilustrar las verdades de la filosofía. La existencia del alma, su naturaleza, sus facultades, su inmortalidad, el alma separada son iluminadas por la fe que cura y salva la naturaleza como naturaleza.
Por eso el autor medita el tema propuesto en los dos planos que, sin confundirse, se unen en armónica unidad; dice Juan Pablo II “una está dentro de la otra y cada una tiene su propio espacio y realización” (ib. Nº17). Fundado en esta verdad esencial, frente al relativismo y el nihilismo actual, revive los temas sobrenaturales de la imagen de la Trinidad e el alma, la vida cristiana, la bienaventuranza y la Virgen María madre del Redentor; y distingue la contemplación sobrenatural imperfecta en esta vida, la contemplación perfecta del alma salvada, la contemplación suprema de María y la contemplación absoluta que solo existe en Dios Uno y Trino.
El autor desea fervientemente servir a los jóvenes, todos capaces de progresar en su vida interior.