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Sin StockAnálisis del hombre que es producto de la civilización moderna, creada sobre los escombros del cristianismo.
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Sin StockSINÓPSIS Entonces el Señor dijo a Pedro de noche en una visión: No temas, sino habla y no calles” (Act. 18, 9). El Apóstol había sido rechazado por los judíos de Corinto y aunque se había “dado todo entero a la palabra” (v. 5) su cosecha parecía nula y entonces decidió dirigirse a los gentiles. Este mandato se dirige principalmente a los apóstoles que tienen el sacerdocio ministerial y, por eso, participan realmente de la autoridad de Cristo; pero también alcanza a todo cristiano que tiene el sacerdocio común de los fieles. Sus deberes y funciones tienen su fundamento sacramental en el Bautismo y en la Confirmación. De modo que la exhortación a no temer, a hablar y no callar, a todos obliga; el hablar, el no callar no se refiere solamente a la fiel transmisión del depósito revelado sino también (aunque en el fondo sea lo mismo) a la vida concreta, a la docencia, a la defensa de la fe y de la Iglesia, a los pequeños asuntos cotidianos que son un hablar explícito y doctrinal. Todos estamos llamados. Y el mandato de no callar a todos nos obliga, siempre que tengamos algo de qué hablar. De eso se trata. El autor ha tenido algo de que hablar en el seno de la vida de la Iglesia; por eso no calla. Del Inevitable no-callar ha nacido este libro. La obra reúne trabajos distribuidos en dos tiempos: un de reflexiónes formuladas y publicadas en los años 1973 y 1974; otro, al cabo de más de treinta años de distancia, constituido por trabajos publicados en la década del noventa hasta el año 2006. Quienes aman y defienden la Iglesia saben que les espera la “conspiración del silencio” que denunciaba San Pío X. Pero nada puede hacerles perder el humor cristiano. También el humor va implícito en la exhortación paulina: “No temas, sólo habla y no calles”. Al final, hablará Él.
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Sin StockCómo el pensamiento moderno intentó explicar el mal invirtiendo el misterio cristiano y disolviéndolo en en relativismo actual
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El lector tiene en sus manos no un ensayo histórico aunque lo suponga conocido, sino un estudio teórico-crítico de la concepción liberal de la realidad y del hombre que ha impregnado el mundo en los últimos tres siglos. Como lo muestra el autor, el liberalismo no es sólo un sistema político, una economía o una filosofía de la historia, sino una concepción totalizadora de lo real caracterizada por la autosuficiencia del hombre y de su mundo. El liberalismo es anticristiano como lo es el liberalismo llamado “católico”. La torre de Babel (Gn 11,1-9) simboliza el alejamiento de Dios y el compromiso y componenda con el mundo hostil a Dios. Al edificar la torre babilónica, Yahvé confundió las lenguas de los pueblos, lo que simboliza la disolución y el caos: Babel, contrapuesta a la torre de Dios donde cada uno tiene preparada su morada (Jn 14, 2). Autosuficiencia del desorden global del mundo, genial y proféticamente simbolizada por Bruegel el Viejo en su cuadro La torre de Babel.
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Sin StockEstudio acerca del estatuto epistemológico de la Psicología
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Sin StockDevocionario de la familia con apéndice para ejercicios espirituales.
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El autor encara el clásico tema del alma en dos planos: el de la filosofía Qué ofrece su aportación (ratio) sobre el sentido metafísico del alma humana y el de la teología (fidei) que ofrece el contenido de la Revolución; como enseña Juan Pablo II, “sin la aportación de la filosofía no se podrían mostrar sentidos teológicos (Fides et ratio, nº101); de análogo modo, sin la teología no se podrían ilustrar las verdades de la filosofía. La existencia del alma, su naturaleza, sus facultades, su inmortalidad, el alma separada son iluminadas por la fe que cura y salva la naturaleza como naturaleza. Por eso el autor medita el tema propuesto en los dos planos que, sin confundirse, se unen en armónica unidad; dice Juan Pablo II “una está dentro de la otra y cada una tiene su propio espacio y realización” (ib. Nº17). Fundado en esta verdad esencial, frente al relativismo y el nihilismo actual, revive los temas sobrenaturales de la imagen de la Trinidad e el alma, la vida cristiana, la bienaventuranza y la Virgen María madre del Redentor; y distingue la contemplación sobrenatural imperfecta en esta vida, la contemplación perfecta del alma salvada, la contemplación suprema de María y la contemplación absoluta que solo existe en Dios Uno y Trino. El autor desea fervientemente servir a los jóvenes, todos capaces de progresar en su vida interior.