• SINÓPSIS El contenido y el sentido de esta obra están expresados en su título: La historia interior. Es “historia” porque es autobiográfica y testimonial, y porque debela, en un estilo tenso y apasionado, una etapa importante de la vida Argentina desde la propia experiencia personal; es “interior” porque el autor describe, penetra y expone más su vida interior qué los meros hechos exteriores. Frecuentemente son estos últimos los que motivan el dinamismo interior. Es probable que el lector perciba también en las páginas de este libro un nivel más profundo: la inasible vida espiritual que, como un río subterráneo, corre en lo más hondo del alma del autor. Estos caracteres de La historia interior pueden percibirse en los siete capítulos qué el autor llama “jornadas”. En la primera puede seguirse, a través de una prosa que revela un pathos conmovedor, el descubrimiento de sí mismo en los primeros años de vida familiar y de su pueblo natal, donde aprendió, como él dice, a amar y a servir a Dios y a su país; en la segunda se descubren las instancias de su formación y de la empresa común asumida con su esposa. Entre la tercera y la séptima jornada, en el tiempo comprendido entre 1951 y el 2000, se entrelazan los acontecimientos principales del país y de la Iglesia con las confesiones de la vida interior; vivo retrato, a su vez, de una generación que es mostrada en esta obra decididamente testimonial. La segunda parte del libro recoge entrevistas de diversa época, que el autor titula “coloquios”, en los cuales expone su pensamiento inviscerado en circunstancias históricas. La tercera parte está constituida por cinco capítulos qué el autor llama “testimonios”, los cuales comprenden hechos puramente cotidianos y familiares, como así también crónicas históricas y experiencias personales.
  • Descripción Gladius, United States, 2006. Paperback. Condición: New. Language: Spanish. Brand new Book. En los tiempos en que la Iglesia daba sus primeros pasos en la historia, en los tiempos apostólicos y ya entonces, alertaba eldiscípulo amado a los fieles sobre el hecho de que los tiempos del anti-cristo ya habían comenzado.Así pues, la obra del anti-cristo, que para los creyentes representa un acontecimiento terminal y postrero, debe ser visto también, sin embargo, como operante desde los comienzos. El "misterio de iniquidad" ya está actuando, dice el Apóstol a losTesalonicenses; ya está actuando, pero su manifestación se dará al fin de los tiempos con caracteres inéditos. Repetidos, pues, pero a la vez "novedosos". Y, entonces, estas tempestades, estas "olas" que recorren la descripción del padre, y por las que el Enemigo ha sacudido a la barca en sus inicios, ¿no serán las mismas con las que la sacuda al final?, ¿las mismas, sólo que mucho más graves, porquehay características epocales diferentes, porque "mucha agua ha corrido bajo el puente", y porque los tiempos no avanzan en vano? Personalmente creo que es así, y que el valor fundamental que resulta de la lectura de esta obra del padre es laconvicción de que en estas tres "olas" se resumen los tipos de perturbación esenciales que puede sufrir la Iglesia, y que ellas son las que hoy soporta de un modo acrecido y "terminal"
  • La oposición filosófica de cuatro autores contemporáneos al drama de la revolución: De Maistre, Bonald, Burke y De Rivarol.
  • Análisis del modernismo como herejía que busca adaptar las verdades católicas al espíritu del "mundo moderno".
  • Antecedentes y desarrollo de la persecución al cristianismo en México y la resistencia política y militar católica.
  • En la catolización de Europa influyó también la añoranza del Imperio, el ideal imperial e imperialista de la unidad de las gentes y sus sangres bajo una ley, un Dios y un Jefe, pero manteniendo lo que denominamos culturas o identidadespopulares. De allí esa compleja armonía de personalidades nacionales que constituyeron Europa y cuyos residuos recibimos a través de España. Entre las tantas críticas que ha de recibir, nadie, espero, podrá achacarle triunfalismo a nuestro autor.Su esfuerzo abarcará varios tomos de extensión accesible y redactados con la inteligencia esclarecida, el estilo sencillo y la voluntad divulgadora que es una voluntad cordial al servicio sobre todo del prójimo juvenil televidente y telepastoreado, completamente ajeno por lo general a este enfoque realista y católico.
  • ¿Cuál es el origen del Islam? ¿Mahoma? ¿O debemos remontarnos a Ismael, hijo de Abraham y Agar? ¿Es un pueblo bíblico o una herejía cristológica? ¿Es un puente entre el paganismo y el cristianismo, que introdujo el racionalismo griego en Europa o, por el contrario, la reacción de las culturas mágicas de Oriente contra el racionalismo grecorromano? ¿Prevalece su raíz ebionita, judeocristiana y gnóstica, en busca de un milenarismo terrestre, y es por lo tanto una religión exterior, una ideología de poder, o posee un fuerte contenido espiritual y místico? ¿Constituye una amenaza contra el Occidente Cristiano o es el último refugio de una cultura tradicional contra el materialismo occidental, sede de la cultura de la muerte? El P. Sáenz responde a este apasionante cuestionario en cinco apretados capítulos.
  • Sáenz señala cómo el término "Renacimiento" fue introducido por ideólogos para equiparar a la Cristiandad con una época "oscura".
  • Prolegómenos, actores, desarrollo y consecuencias del cisma protestante. La respuesta católica.
  • De la Revolución Cultural a la Revolución Desatada. Tal es el contenido de este volumen de nuestra serie. Dos Iglesias se enfrentarán en su transcurso: la fiel a Roma y la cismática. La caída de la monarquía constituirá un momento capital. Las fascinantes figuras de los grandes revolucionarios, Marat, Danton, Robespierre, Babeuf, y varios más, se nos mostrarán conduciendo el carro de la Revolución. La hemorragia del pueblo católico no tendrá límites. Se trató nada menos que de la implantación de una nueva religión que vendría a sustituir la verdadera, con la consiguiente laicización y ulterior nueva sacralización revolucionaria de los recintos, fiestas y símbolos sagrados. Constituyó, de hecho, uno de los grandes eslabones de la Revolución anticristiana. La Revolución francesa, que tuvo pretensiones ecuménicas, dejó una pesada herencia histórica. Uno de sus vástagos predilectos fue la revolución soviética. Pero también llegó hasta nosotros, impregnando el pensamiento de algunos de nuestros llamados “próceres”, en oposición a la tradición greco-latina e hispánica que nos había gestado.

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